Puedo planear un asesinato
que contemple el brillo blanco
de todos los poetas.
Propiedad de los extraños,
rostros sin luz no reconocidos.
Puedo sacudir el prisma
y escandalizar la cuña de sus almas
y que me conduzca mortificado a sus delgadas escenografías.
La pluralidad de sus actos, y los míos.
Son la entrada al vasto océano inconfundible...
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